Pedro Calderón de la Barca
Alguien, seguramente tras mucho investigar, dijo una vez que los sueños no están bajo nuestro control, que los conduce el subconsciente. Sin ningún ánimo de ofender ni poner en duda el rigor científico con el que sin duda llevo a cabo aquella investigación, ¿Qué hay de soñar despierto? ¿Quién no lo ha hecho alguna vez? ¿Quién no ha decidido qué soñar?
Aquel que no haya soñado con volar como Peter Pan, aquel que no haya subido por las paredes como si de Spider-Man se tratara, aquel que no haya conducido el batmóvil o la nave de los X-MEN, aquel que no haya tenido cuchillas entre los nudillos, aquel que no haya salvado al mundo con los Action-Man o descubierto tesoros ocultos con los Playmobil, aquel que no haya tenido una cena romántica con Barbie y Ken, aquel, no ha tenido infancia.
Del mismo modo quien no haya esperado o soñado con un abrazo al llegar a casa mientras las estaciones pasan, no haya fantaseado con una fiesta sorpresa, no haya querido perderse en la punta del monte solo con las estrellas, quien no haya cerrado los ojos y volado a parajes recónditos, pero, sobre todo, quien no haya soñado con un beso, no ha tenido nunca corazón.
La vida, al fin y al cabo, es un sueño. Es un sueño donde saltar, tropezar, reír, llorar, estrujar, abrazar, acariciar, liberar… es un sueño del que disfrutar. Aunque, por suerte o desgracia, los sueños, a menudo, sólo sueños son.
2007/04/23
“La vida es sueño y los sueños, sueños son”
Publicado por Opositivo el 4/23/2007 12:05:00 a. m.
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