2007/04/22

Bendita educación

Desayuné hace unas semanas una nueva noticia sobre las máquinas de tabaco entre tostada y tostada. Según la chica que la dio, a partir de enero tendrán mando a distancia para desbloquearlas. Quien quiera comprar tabaco, deberá pedir permiso al camarero o encargado y éste la activará en caso de ser mayor de edad.

Más tarde, recibí y leí la ordenanza antibotellón del Excelentísimo Ayuntamiento de Bilbao. No pude sino soltar una carcajada tras verla. Contempla la prohibición de beber un zumo sentado en la Plaza Nueva, mientras no supone ningún delito ir hasta el culo de cocaína, chillando, gritando y acosando, siempre y cuando no lleves alguna bebida, preferentemente alcohólica. Evidentemente, esperemos, nadie va a ser multado por ir tomando un zumo en el Casco Viejo, pero la ley lo contempla.

Dicen que todas estas ordenanzas y leyes se redactan, aprueban y entran en vigor para reducir el consumo que los jóvenes hacemos del alcohol y el tabaco. ¿Cuándo se darán cuenta de que la prohibición no es el camino a seguir? ¿No ven el poco esfuerzo que le supone a un joven conseguir cualquier tipo de droga? Alcohol, tabaco, hachis, marihuana, cocaína, speed, MDMA y un largo etcétera. ¿Por qué no emplear el tiempo que malgastan haciendo parches inservibles en coser una bolsa nueva con buena tela y costuras resistentes? ¿Por qué no educa el sistema a su futuro al ver que en casa no lo hacen? ¿Por qué ha desaparecido el civismo de esta sociedad y ha dejado paso al egoísmo?

De poco o nada sirve llevarse las manos a la cabeza y mover piezas para acallar a unos pocos. Un simple peón puede volver a ponerlo todo patas arriba y poner al rey en peligro. ¿Qué prohibiremos entonces? ¿Salir de fiesta?

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