2007/09/30

No te entiendo

Mi único problema contigo es que no te entiendo. Llevo tiempo dándole vueltas a ello, tratando de llegar a una conclusión lógica que me indique qué me produces. No es odio lo que siento, pues no estaría dispuesto a matarte [1]. Y, sin ser tan drásticos, tampoco es desprecio, no es agresividad. Es, en cierto modo, impotencia. Tampoco amor, esa impotencia no puede tomarse como sinónimo del amor, del querer pero no poder. Bueno, realmente si es un querer pero no poder. Pero no un querer mantener una relación de pareja medianamente seria, ni tomarte como apoyo indispensable. No entras dentro de mis cánones para ello. Puede que sí en los impuestos; no en los propios, no eres lo que busco, te faltan muchos puntos que dudo puedas llegar a alcanzar, más por querer que por poder.


La indiferencia no sirve como descipción, pues no es cierto que me de exactamente igual lo que suceda. Sin llegar a ser un apoyo, tampoco me dan igual tu opinión, tu punto de vista, tu parecer. Es una situación extraña. De vez en cuando te da por hacer cosas que se escapan de lo que yo espero, huyen de la lógica marcada ala que había llegado tras un exhaustivo análisis de tu actitud, y eso me desconcierta. Me desconcierta y al mismo tiempo me atrae.

Es una atracción rara, incomprensible. Me gusta sentirla, pese a que muchas veces me saque de quicio. Y me veo incapaz de criticarla, de suprimirla, de intentar desterrala, pues yo también hago a veces cosas sin sentido aparente ni meta definida y es eso exactamente lo que, a menudo, me hace sentirme yo mismo. El hecho de hacer algo que no se espera de mi, algo incoherente, ilógico, en cierto modo sorprendente.

Por tanto, he concluído que mi único problema contigo radica en la comprensión. Simplemente, no te entiendo.

--------------------------------

[1]Si no estáis dispuestos a matar lo que prentendéis odiar, no digáis que odiáis: prostituís esta palabra.” - Montherlant

ITI, welcome


Ha llegado ya, más rápido de lo esperado, de lo deseado, pero está y no hay nada que hacer. Es la universidad. La verdad es que todavía no acabo de creérmelo. Sólo he tenido que ir una semana a clase y ha sido más una broma que otra cosa cualquiera. Las sensaciones, como no podía ser de otra manera, contrapuestas.

Todavía no sé cual va a ser mi horario exacto, pues los profesores están haciendo todavía los grupos y no nos han facilitado la información relativa a las prácticas. Lo que sí es seguro, creo, es que no tengo clase por las tardes, algo que me jodía bastante. Solamente tengo que asistir tres lunes cada cuatrimestre a las prácticas de “Electrónica Analógica”. Por lo tanto, el reparto se queda en unas 4-6 horas teóricamente ininterrumpidas de clase todos los días, a partir de las 8. Y digo ininterrumpidas porque todavía no ha llegado antes de y diez ningún profesor y el de dibujo ya nos ha indicado que lo más probable es empezar las clases a y media los miércoles, pues tiene que venir desde Donosti y la carretera es una maravilla. En fin, “Welcome to La Casilla” que diría algunx.

Sobre las asignaturas poco puedo decir todavía. No hemos hecho gran cosa en la mayoría de ellas, aparte de las presentaciones, claro. La forma de dar clase me ha gustado en general. Los profesores llevan un ritmo bastante rapidillo, pero el material que utilizan facilita muchísimo la comprensión de la materia. El proyector de clase pasa más tiempo encendido que en descanso, dinamizando mucho la clase. En “Fundamentos Físicos de la Ingeniería”, física a secas para los amigos, después de explicar y discutir sobre la inducción y los efectos de ésta, una aplicación java nos mostró visualmente qué efectos se producián en un ejercicio concreto, por ejemplo. No sé si estará directamente relacionado con el archiescuchado “Proceso de Bologna”, o simplemente algunos profesores han salido especiales, pero se agradece. Un apartado de la nota en la asignatura recien mencionada, un 40% aproximadamente, está directamente ligado con la participación en clase, la entrega de trabajos/prácticas y la asistencia a seminarios. Esto forma parte de la evaluación continua, como alternativa a la tradicional consistente en un examen. En dibujo, “Expresión gráfica y diseño asistido por ordenador” oficialmente, todo el contenido del curso está colgado en un sistema Moodle dentro de la página de la UPV desde donde podemos, además de descargarlo y entregar trabajos, participar en foros y plantear preguntar, además de responder las de los compañeros. Algo a tener en cuenta por el profesor, siempre y cuando el examen esté aprobado en febrero.

La incontinencia verbal que me caracteriza no se ha hecho experar y ya he respondido a alguna que otra pregunta, con mayor o menor acierto evidentemente. Al de física ha parecido gustarle. Esperemos no darle razones para cambiarme la cara a lo largo del curso.

El total de asignaturas este curso es de nueve, siendo sólo tres de ellas anuales. Estoy dando seis a la vez, por lo tanto. La mitad de las cuales podríamos englobarlas dentro de las matemáticas. Y creo que me van a ensanchar el ano hasta límites insospechables, especialmente en “Teoría de circuitos” donde vamos a un ritmo de tema por día y del que sólo recuerdo la representación gráfica de una onda sinusoidal después de dos horas de clase. Digo representación gráfica porque es eso exactamente lo que tengo en la cabeza: una línea con dos curvas pronunciadas. De las tropecientas ecuaciones y variaciones presentadas creo que alcancé a entender que la t minúscula hace referencia al tiempo. En fin, habrá que ponerse las pilas.

Lo peor de todo no son ni la nula información recibida, ni las hostias que voy a recibir en algunas asignaturas. Lo peor, similar al sufrimiento padecido al masticar tras haberte arrancado todos los dientes para introducir alfileres en las cuencas después, son los madrugones. Después de años acostubrado a cerrar los ojos pasada la una de la mañana y relajar la mente en algunas de las clases, llegando en ocasiones a perder un poquillo el control y hacerlo también con el cuerpo, después de unas costumbres de sueño grabadas a fuego y acrecentadas durante este verano al sufrir un retraso de unas cuatro horas respecto al horario citado, toca un cambio radical. No sólo tengo que despertarme más de una hora antes de lo que lo hacía hasta ahora, sino que tengo además la necesidad de estar atento en todas las clases para saber remotamente a qué están haciendo referencia y poder seguir el transcurso. Esto se ha traducido, en estos primeros días, en siestas de cinco horas, pese a acostarme a las doce. Es decir, tiempo libre nulo y una sensación de reventón permanente. Espero poder pillarle el punto en unos días y empezar a aprovechar el día, porque ahora mimo salgo de clase deseando coger la cama, como a las cinco de la tarde y me paso una hora en la cama intentando conciliar el sueño a la noche. Puede que cuando lo consiga y reorganice algún que otro aspecto todavía pendiente, me informe sobre cómo va el sistema de representación de estudiantes y visite algune que otra reunión. Por curiosidad más que nada.

Poco más queda que contar sobre este primer contacto. No puedo olvidar a lxs compañerxs, pero. Nuestra clase es, básicamente, un campo de nabos. Las tetas se cuentan con los dedos de las manos, si me apuras no hace falta ni las dos, tomándolas por pares, claro. Por lo tanto, no me he juntado con ninguna de ellas, evidentemente. Ha coincido con que alrededor tengo a un chaval de Gasteiz (viniendo desde allí todos los días tarda casi lo mismo que yo), otro de Getxo y el tercero de Bilbo, creo. Es con éstos con los que echo alguna partida entre en los ratos de espera y los acompañantes tanto a la cafetería como al “Departamento de reprografía”, a por los inumerables apuntes. Libros no utilizarán los profesores, no, pero mira que les gusta tenernos haciendo cola.

En “Fundamentos matemáticos de la ingeniería II”, álgebra, comparto mesa con un par de duranguenses. Son mayores ellos, y supuse que habían repetido algún curso, pues son muchos los aficionados al repaso obligado de materia. Sin embargo resulta que han venido rebotados de un módulo, con intención de ampliar sus conocimientos. Me da que vamos a tener bastante relación en las prácticas :D. Lo más curioso de estos dos es que me conocían de cuando hacía ciclismo, hace ya tres o cuatro años. ¡Tan marcada tengo la cara de crío! He de alegar en mi defensa que, por recomnedación de dos amigas, fui afeitado el lunes a clase y eso afecta cambia mi apariencia. Para mejor o para peor, que lo decida quien me vea.

Nuestra relación con las féminas se reduce al campo visual, por nuestra parte, por lo tanto. Curiosamente en la primera conversación que mantuvimos en algún descanso, todos sabíamos la ubicación y apariencia de cada una de ellas. Definitivamente el instinto nos puede. Creía que era yo, pero veo que no soy el único que, consciente o insconscientemente, es lo primero que ficha al entrar en una estancia. Podría haber habido suerte que me hubiera tocado con alguna de ellas en los tríos para las prácticas, más que nada como experimento psicológico-antropológico. El titulo podría haber sido: inicio y desarrollo de una relación indefinida entre dos ejemplares de similar edad y especie pero género contrario. O algo parecido. Pero vamos, que no ha habido suerte. Otra vez será.

Y con este párrafo termina el artículo obligado por estas fechas sobre las primeras impresiones de la universidad. Típico sí, pero de vez en cuando está bien sumarse a la moda. Espero no tener que cambiar la opinión demasiado drásticamente durante los próximos meses. Y, a poder ser, que el año próximo no introduzca el acceso a una nueva carrera.

2007/09/28

Empacho cultural

Tarde de viernes, últimos días de estas largas e intensas vacaciones. La gente no sale, para no variar. Quedamos cuatro gatxs con ganas de dejar desoladas nuestras habitaciones por un rato. Después de muchas llamadas y vueltas acabamos encontrándonos en el Ayuntamiento de Sopelana, en su plaza. La asociación cultural “Aitxu” ha montado un escenario e invitado a “Patxi eta konpania”. El que actuara con “Tapia eta Leturia” desde 1997 hasta 2004 se ha unido ahora al grupo “Konpania” para acercar los bailes a la gente. Poca gente a nuestro alrededor, nadie que se acerque en longevidad. La mayoría nos soblan o duplican en cumpleaños celebrados, el resto no han vivido el pasado siglo. Conclusión: la cultura hace tiempo que dejó de vender.

Tras un par de canciones Patxi salta a la plaza y anima al público a bailar. Algún que otro baile típico hay, pero la mayoría, de composición sencilla, son transmitidos al momento y representados por todxs después. Sin pensárselo, dos de mis acompañantes forman pareja y se unen al baile. Yo permanezco sentado a un lado, observando. La verdad es que da un poco de envidia. Una pena no poder hacerlo.

Finalmente consigo desterrar al fantasma del ridículo y aunar a todos los caballeros de la coordinación, a los pocos que quedan. No acierto ningún paso, pero bueno, me dejo llevar por las amamas, amas y niñas que me rodean. Lástima que sea hora de marchar, ahora que había calentado motores. Pero la siguiente cita nos espera.


El metro nos escupe en Algorta, son casi las nueve, está a punto de comenzar “Bertsophoto”. Se trata de una actividad a celebrar en San nicolás, dentro del festival “Getxophoto” que va a inundar la ciudad hasta octubre. “Las fotos capturan un momento, un instante, y los bertsolaris hacen lo propio con sus palabras, crean, interpretan y difunden lo que en el momento se les propone. De ahí la inclusión de la actividad dentro del festival”. Algo así dijo Xabi Paya al inicio. A su lado Unai Iturriaga, Igor Elortza y Sustrai Colina. La noche prometía.

No soy un entendido de este tipo de acontecimientos, pues, pese a gustarme, no los frecuento en exceso. Normalmente, cuando una amiga me tira de la oreja. Pero, aun así, me pareció muy dinámico y original. El hecho de emplear las fotos como conductor y aunarlas con el sentido del humor característico de este arte, le daba frescura. Una de tantas curiosidades consistió en un duelo contra la frase “una imagen vale más que mil palabras”. Airadamente consiguieron describir y que el compañero, sin haber visto la foto, la imaginara. Más tarde, cada uno de los tres bertsolaris bajó a donde el público y escogió a una persona. El reto consistía en expresar qué veían en una misma imagen. Me sorprendió la facilidad con que captaron en esencia o que por su cabeza podría pasar, siendo gente de tan variada edad y apariencia. Tuve el placer de ser escogido por Unai Iturriaga, ¡casualidad!, para una segunda ronda. Ciertamente, estaba más atento al hecho de tenerlo al lado que a la foto o lo que sobre ella cantara. Como si de una adolescente cardíaca se tratara, vamos. Recordando la última vez que le ví, hace más de quince meses en la Herriko Taberna de Ronda, en una comida que organizaron los miembros de “Hau Pittu Hau”, a la que entonces tuve el placer de ser invitado.

El recital terminó con los tres bertsolaris, cámara en mano, sacando fotografías a todxs lxs que allí nos encontrábamos y comentándolas en tono jocoso, aderezado con un puntito de ironía y sarcasmo.

Un empacho cultural en toda regla para una mente poco acostumbrada a ese tipo de actividades. Sin embargo, todavía guardo el buen sabor de boca del que disfruté de camino a casa, donde nos unimos a la fiesta, y espero poder repetirlo en no mucho tiempo.

Marmitas

Parece ser que se me había traspapelado este texto en el cuaderno. Pero bueno, ya está colgado. Si pincháis en la imagen la veréis en su tamaño original. Merece la pena.

De aquí para allí, de allá para acá, tomar aire y vuelta a empezar. Así llevo un par de meses, parando más bien poco. Después de un par de semanas sin moverme en exceso, geográficamente hablando, caí ayer en Castro. Parece ser que les gustó la idea de “Paellas” y desde hace un tiempo organizan un concurso de marmita (marmitako) el día 15 de Agosto. Así pues, invitado por un amigo, cogí prontito el autobús que me llevaría a dos días de fiesta y serviría de resorte para quitar una espinita clavada.

Treinta y seis horas después, con las justas dedicadas al sueño, la congoja es protagonista en mi garganta y la deshazón en el cuerpo entero. Las expectativas no son buenas compañeras de viaje. Unidas a la ilusión pueden magnificar en exceso el valor real de una situación. Las horas parecen haberse vuelto locas y los mejores ratos de entretenimiento han resultado ser aquellos que se planificaban como de indiferencia. A modo de largas conversaciones han discurrido ambas tardes, antes y después de la “fiesta”.


Las horas de desfogue, consumo indiscriminado de drogas y olvido de la vergüenza han terminado siendo, por contrario, una mierda. La creciente selección de ambientes en la que llevo fijñandome estos últimos meses parece haber encontrado su tope en este pueblo donde un solo bar de los que pude visitar puede calificarse de majo. A falta de mesas y con una media de edad que me hizo sentir viejo por momentos, el único con canciones conocidas. El resto eran garitos con música de baile imposible de bailar y peor aún de oír.

Reencuentro ciertamente desastroso para unos días de parecido estado anímico. Optemos por tanto po seguir con los recuerdos de tiempos ya pasados y guardar de esta fugaz visita únicamente las palabras atendidas. El año que viene veremos, si el señor ese con pelo largo y barba quiere, cómo superamos la situación.

La espina, al menos, ya está casi fuera.

2007/09/18

Adio lagunak

Kalea negarrez dago. Triste ez, baizik eta malenkoniatsu. Gazia estarrian. Gozoa bihotzean, esperantzan. Urtebeteko oroitzapenak espaloietan, alde batetik bestera ibilian, noraezean.

Ni balokoitik begira, pasatutakoa bergogoratzen. Lur afrikrarretan izandako kakarraldoarteko lehen elkarrizketak, lehen pausuak, ezagupen urratsak. “Profundo”-en jaiotza, hirukotearen sorrera. Bi burugogorren kokapen geldoa, orekaren alde banatan.

Klaseosteko hainbat elkarrizketen testigu memoria. Ke artean izandako beste horrenbeste eztabaidaren lekuko. Metroak dei egin arte luzatutako hizketaldiak batzuetan, goizak batutakoak bestetan. Kuxinez apaindutako tabernan, itsasoari metroak lapurtu ostean ezarritako kaian, galiziar lurretan, barbakoa baten inguruko mahaietan, itsaslabar gaineko gotorleku alboan, edozein etxetako egongelan, bus baten barruan edo metroan bertan, mailez bestela, edota blogak komunikabide. Ez dira gutxi izandakoak, ez gutxi eta ez nahiko.


Urteak ospa egin du jada, nork ezango luke! Orain hamabi hilabete hegazkin bat hartzeko zain geunden, eguna noiz helduko, beste ikasbidai baterako bidean. Makina bat kritika ekarri zizkigun bidaiaren zain. Gure iritzia jakinez gero, gorriagoak zitezkeen kritikak ekarriko zizkigun bidaiaren zain.

Iragana da baina, denborarekin batera hegan egindako irudiak baino ez, garunean idatzitako esaldiak, baina, batez ere, bihotzean itsatsitako sentimenduak. Hankaz gora dago dana orain, buelta eman du sistemak. Azken uda honetan batera pasatutako ordu guztiek etsaia aurkitu behar dute hurrengo hilabetean behintzat, hilabetetan beharbada.

Bihotzeko gozoak dinozta elkar ikusiko dugula, esperantzari lotuta behin eta berriro xuxurlatzen dit, mantso, lasai, distantziak guk jartzen ditugula, ez bideak. Ziur, tinko aditzen dut erlazioa nahi dutenek baino ez dabela galtzen oihukatzen dudan ahotsa. Estarriko gaziak berriz, sahiestezina dela. Ikusi beharko. Etorkizuna irudipena izanik, guk dugu sortzeko pintzela. Izan beharko genuke, behintzat.

Badaezpada ere, hemen doakizue agur bero bero bat. Agur baino, gero arte esan beharko nuke, baina beherago dagoen abestiak ez dit holako aukerarik uzten. Adio lagunak!

Presta itzazue sorbalda, lepo eta masailak. Behin utzi neban inporta zitzaidan pertsona besarkadarik gabe ihes egiten eta ez dut horrelakorik errepikatzeko xederik. Hotzak gara gero! Uxatu beharko doguz behin batez baino ez bada, kontaktuaren mamuak.


NOTA: Argi dago, euskararekin jolastea ez da nire gaitasunetariko bat.
--------------------------------

Adio laguna - Gozategi

Adio laguna,
aski ezaguna,
nork bete behar du zuk utzi
diguzun hutsuna?

Inoiz ez naiz damu izango
laguna izana,
gogoan daukat irakatsi
izan zenidana.
Jatorrean jator,
ez zen beste inor,
garen artean sendo dirau
gurekin iraunkor

Bizi indarra daukat, gartsu,
zenaren gorantzan,
berriro elkar ikusiko
dugun esperantzan.

2007/09/17

Ojos

Grandes, brillantes, sinceros, expresivos, simpáticos, claros, egoístas, oscuros, perdidos, tímidos, imponentes, agresivos, directos, tiernos, dulces, penetrantes, temblorosos, seguros, dubitativos... ¿Qué tienen esos ojos que me vuelven loco? Esas ventanas del alma, transmisores de sentimiento, de opinión, de prejuicios. Delatores de la vejez [1], de la mentira, de la ironía. Puerta de la ilusión, el amor y la risa.


Podrían haber sido una parte más del cuerpo, simplemente sujetos a variables estéticas. La naturaleza quiso que así no fuera y no alcanzo a entender el porqué. Capaces de tranquilizar al/a más temerosx y exaltar al/a pacíficx. Bien dominados y utilizados resultan la peor de las armas, síntoma del engaño, la desidia, la envidia. No es fácil hacerlo, pero, y las circunstancias los obligan, a menudo, a ocultarse, esconder su belleza, su atracción, su vida.

Ningún gesto transmite tanta satisfacción como una mirada cargada de complicidad, de agradecimiento, de ternura. Capaces de salvar las barreras que a cualquier otro lenguaje detienen: edades, culturas, razas, especies.

¿Qué tienen esos ojos que me vuelven loco? Esas ventanas del alma, delatores y puerta.
--------------------------------

[1] Ojos – Los Suaves

Ojos, memoria y rencor de Dios, pozos de los deseos, agujeros de los sueños, fosas de la ilusión, testigos de todos los días, delatores de la vejez. No son ojos porque los ves, son ojos porque te miran. Persianas de la verdad, ventanas de las mentiras, cañería de lágrimas, desgües de las risas, cortinas de los pecados, vendas de las heridas. No son ojos porque los ves, son ojos porque te miran. Ojos, de noche más de tres mil, de día uno grande y solo, faros que entre dos luces centellean para ti. Cuanto más grandes son, más grande es la pena que sientes, al cerrarse para siempre. Ojos, medidas del dolor, de nuevo caen gotas del cielo, vuelve Dios a llorar. No los cierres esta noche, que quiero conocer el mar. Sollozos prontos a caer, candelas, pavesas frías. No son ojos porque los ves, son ojos porque te miran. Ojos, dime de qué color son los de quien tienes al lado, del último con el que has soñado, del que anoche te besó, dime si has soportado, ayer antes de dormir, tu mirada en el espejo. Yo no te veo, pero Dios sí. Cae el telón, abre los ojos. Cuando mueren a los muertos se lo vamos cerrando, porque saben el secreto que guardan para nosotros. No queremos conocerlo; miedo a todo lo que ves y vio. Memoria y terror de Dios, secreto, miedo y terror que guardan para nosotros. Castigo, castigo de Dios, castigo del que no tiene nombre. Sol que moja, agua que quema, amargura del mundo, pozo sin fondo. ¿De qué color son los ojos de Dios? Lágrimas contra el viento. Médico de enfermo, amante del amante. Ojos...

2007/09/14

Muerte accidental

Acabar la carrera, pronto a poder ser. Encontrar un trabajo, buen trabajo, y ascender. ¿Hasta dónde? Lo máximo posible, cuanto mayor sea el salario, mejor. ¿Las horas? Importan, sí, pero si el sueldo lo merece... Relacionarme con una chica, formar pareja. Comprar una casa, nueva y bonita, aunque tenga que hipotecarme, eso por supuesto. Tener hijos, más de uno a poder ser. Con cuarenta, cincuenta años la vida solucionada: familia, trabajo, salud y una mujer que me quiera. Eso es todo, normal.

Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos
y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve:
para caminar.
[1]


Lo siento, pero no, muchas gracias. Ya hay otros para seguir los cánones, las modas y valores preestablecidos. A mí me resulta aburrido ser unx más. La vida es para romper límites o, aunque sea, jugar con ellos. Me niego a verme dentro de un cuarto de siglo y darme cuenta de que sólo he hecho lo que se esperaba de mí, lo que hacía cualquier otra persona con mi misma edad. Espero, por el camino, tambalear algún que otro dogma, aunque su aturdimiento no escape de mi habitación. Viajar y ver lugares nuevos. Ni Salou ahora, ni Punta Cana en una década, ni Benidorm con el bus del inserso. Algún día, más o menos lejano ahora, aunque la vida da muchas vueltas, coger la mochila y una furgoneta, la bicicleta, un velero, qué más da, marchar durante un tiempo. Habitar una casita sin televisión, ni teléfono, ni Internet. Relacionarme con las páginas de un libro, la flora y fauna que me rodeen y la cultura en que aterrice.

Espero ese día llegue antes de presenciar la “muerte accidental de un joven idealista[2]. Antes de ser consciente de que ese titular permaneció largo tiempo en mi mesa y no fui capaz de pararme a leerlo.


Jans: ¿Felices? ¿Cree que son felices Hardenberg? Fíjese, mire a su alrededor, bájese de su coche de empresa y camine por la calle. ¿Parece feliz alguien o más bien parecen animales asustados? Mire a la gente sentada en sus cuartos de estar, todos pegados a la tele, escuchando elegantes zombis que hablan de una felicidad que ni siquiera conocen. Conduzca por la ciudad. Verá suciedad, superpoblación. Masas en los grandes almacenes, arriba y abajo, como robots, en las escaleras mecánicas. Nadie conoce a nadie. Creen que la felicidad está al alcance de su mano, pero es incalcanzable, porque ustedes se la robaron. [...] Las enfermedades mentales aumentan cada día que pasa; asesinos en serie, personas destrozadas, violencia sin sentido. No pueden alinearlos con concursos y consumismo, y los antidepresivos no darán resultado eternamente. La gente está harta de este sistema de mierda.

Hardenberg: Sí, tengo que admitir que algunas de las cosas que estáis diciendo son ciertas, pero os equivocáis de cabeza de turco. Yo sigo el juego, pero no he inventado las reglas.

Peter: Lo que importa no es quién inventó la pistola, sino quién aprieta el gatillo.
[3]


Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción genética[4], me repito a mí mismo una y otra vez. Me gusta por ello vivir el día y la noche con trajes cambiados. Aborrezco los divertimentos extendidos y los planes vacíos de causa o razón. Aún no puedo afirmar haber hecho nada digno de especial mención, y, sinceramente, dudo llegar a hacerlo. Pero el simple hecho de sentirme diferente, especial, raro, friki si dejamos a un lado los eufemismos, me da fuerzas para volver mañana a un exámen, vestirme “bien” para un acontecimiento “importante” o ir al último bar de moda.

Toquemos madera para que dure, por lo menos, hasta que los restos de mi cuerpo ardan como ellas y “vuelen libres al sol y al viento repartiendo el amor que tengo dentro[5].

--------------------------------


[1] Ventana sobre la utopía – Eduardo Galeano
[2] Fragmento de “Muerte accidental de un anarquista”, canción de Los muertos de Cristo, con la obra de Darío Fo, del mismo nombre, como tema. Ésta cuenta en clave humorística los hechos acaecidos en Milán en la década de los 60, cuando un joven anarquista falleció tras caer por la ventana de una comisaría, mientras estaba siendo interrogado.
[3] Fragmento de la película “Los Edukadores”. Aparecen también parte de éste y otros fragmentos en “Agita y dispara”, canción de Típico pero cierto.
[4] Frase atribuída a Ernesto “Che” Guevara.
[5] Fragmento del poema “Ama, ama, ama y ensancha el alma” de Manolo Chinato, cantada por Extremoduro.

2007/09/08

Estampa médica

Veintiséis años le eché a primera vista. Quizá me quedé corto, pero de los treinta no pasaba. Eso fijo. Piel morena, fina. No tenía ni un solo lunar, marca o mancha. Invitaba a acercarse y acariciarla, tenía que ser suave, seguro que lo era. La melena, a la altura de los hombros, lisa y brillante, dejaba ver claramente su cara. Echado hacia atrás, sólo el flequillo cubría parcialmente la frente. Las líneas suaves y alargadas eran tónica, con una nariz chiquitina bien custodiada por por dos expresivos ojos, brillantes, atentos, sinceros parecían. No recuerdo el color, pero tampoco importa, su atractivo no entendía de valores cromáticos.

Lucía un vestido blanco con motivos azules que alcanzaba casi las rodillas. Lo intentaba constantemente, pero sin conseguirlo. Los brazos al descubierto, gracias a los tirantes que sostenían la prenda, y el pecho debidamente cubierto. Muy recatada. Éste, de la justa medida, ligeramente por debajo del cánon, pero bien puesto.

Las piernas, ampliamente visibles desde mi prespectiva, largas, finas, aunque marcadas, terminaban en unos zapatos, también blancos, a juego con el vestido y en contraste con la piel, que dejaban ver gran parte del empeine. Aparentaban ser cómodas, sin embargo, con buena suela y protección. Cualidades ambas necesarias, pues los dos hijos parecían requerir bastante atención.


A éstos se dirigía amable, cálida pero tajantemente. El primero rondaría los dos años, calculo yo. Andaba y hablaba, pero sin excesiva fluidez. El peto en concordancia con la vestimenta de la madre y su gracioso chupete le concedian una apariencia afable. Estaba a su bola, con la mirada perdida, pensando en quién sabe qué.

El mayor, más movido, no paraba de dar vueltas y tocarlo todo. Miraba por la ventana, se acercaba a las macetas, intentaba abrir todas las puertas que rodeaban la estancia, visitaba el baño, le enseñaba a su madre todo lo que encontraba...

Ésa fue la estampa que me cautivó en mi última visita al médico. No pude evitar observar lentamente a lxs tres durante los veinte minutos que estuve en la sala de espera. Creo que ella se dio cuenta, y me lanzó un par de miradas un tanto incómodas. Tampoco les hice mucho caso entonces.

Si tuviera que elegir una estampa para mi familia dentro de un periodo de tiempo indeterminado, no me importaría que fuera ésa. Aunque, quizá resultaría demasiado pronto. Ya veré. Tengo mucho tiempo hasta entonces. Y muchas cosas que hacer.