2007/05/06

Nuevas tecnologías

Termino de publicar comentarios con este último texto firmado por Rosa Regás.

En el texto que nos trata, la autora hace alusión a las posibles causas provocadoras de la falta de atención a la lectura por parte de nuestros niños y jóvenes. Nombra, primeramente, la actitud de los padres y educadores, haciendo referencia después a los materiales y métodos que éstos les facilitan. En su opinión, poco adecuados. Entre ellos se incluyen objetos tan habituales como lo son los denominados cuentos “de conejitos y estrellitas”, la televisión, la calculadora, la agenda y los ordenadores.

Aunque estoy de acuerdo con la afirmación de que cada vez se leen menos libros, en la sociedad en general, no creo que un ataque a los jóvenes y a las nuevas tecnologías sea la solución más adecuada.

En mi opinión, los libros mencionados no pretenden despertar directamente el interés por la lectura en los niños, menos atendiendo a qué edades están dirigidos, sino introducirlos levemente en el uso de la imaginación, la base de disfrute de cualquier historieta. Por ello, éstas se encuentran catalogadas, especialmente en el caso de las infantiles, por edades, para que sean ellxs los que, poco a poco, vayan ofreciendo un mayor esfuerzo, hasta terminar sintiéndose parte de complejas historias.

Por otro lado, la calculadora, o la agenda, creo, son fundamentales viendo el rumbo que tomado la educación, por consecuencia de la sociedad y los requerimientos del capitalismo. Es cierto que mediante su uso se atrofia parte de la capacidad memorística y de cálculo de los alumnos, pero teniendo en cuenta que sus estudios se basan, en gran parte, en memorizar grandes cantidades de información y hacerlo antes que el reste, no pueden perder el tiempo en actividades triviales.

En relación a la opinión vertida sobre el ordenador y sus derivados, no puedo menos que disentir categóricamente. La autora afirma que una consulta en Internet no deja de ser una consulta, por extensa que sea, y dice también que un e-mail no es más que un mensaje puntual. No puedo negar tales afirmaciones, pero me parece tremendamente simplista reducir el amplio mundo, especialmente de Internet, a dichas sentencias. La información que la red abarca es incalculable, más desde la revolución que ha supuesto la web 2.0. Por ello, acerca fácilmente una cantidad ingente de datos a quien navegue por ella, resultando atractiva para personas de lo más variopintas. Aunque los románticos siempre preferiremos leer en papel, la obligación de hacerlo para navegar puede impulsar a muchos jóvenes a ello. Al fin y al cabo lectura también son los reportajes, artículos de opinión, crónicas, debates, instrucciones, etc. que en ella encontramos.

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