2007/05/31

Basta ya

Sumido en mis pensamientos, protegido por una burbuja, vuelvo a casa. Mi cuerpo sentado en el metro, la cabeza quién sabe donde, volando de planeta en la planeta, atravesando galaxias, traspasando dimensiones. Mi mano garabatea opiniones, pensamientos en el cuaderno. Una voz surge de los altavoces para indicarme la llegada; sistemáticamente guardo todo, estiro las piernas y me levanto. Aún absorto, camino a casa, subo y tiro los sobrantes sobre la cama. Preparo una bandeja con la cena, para dirigirme al salón, alimentarme en compañía de mi madre y hermanos. Están viendo los castings de “Factor X”, un programa donde buscan estrellas con las que engordar la industria cinematográfica.

De repente, la cámara enfoca a una mujer y un rótulo indica que se trata de la madre de una candidata. Su padre, el abuelo de la chavala, de mi edad, ella, no él, acaba de fallecer. La lente se fija en las lágrimas de la mujer. Al salir la joven, sonriendo por haber sido seleccionada, ésta cambia de objetivo para mostrar cómo recibe la triste noticia. Lejos de respetar tan incómodo momento, la cámara sigue grabando, enviando, difundiendo las penas de la pareja. Indignado, solicito a mi madre que cambie de canal. Ante su negativa, no dudo en levantarme y abandonar la estancia.

De eso hace ya dos semanas. La pasada, leo en los foros que el padre de una participante de “Gran hermano” ha corrido la misma suerte, desgracia. Ella no lo sabe, pues se ha negado a contárselo. Algunas fuentes indican la negativa de la productora a notificárselo. Otras, afirman la autoría de la familia, alegando como excusa que no quieren ver cómo pierde el concurso por dicha razón. Ella, no lo sabe.


Hoy recibo una nueva noticia: la productora del conocido reality show va a lanzar en Holanda uno basado en la obtención de un riñón. Tres pacientes ligadxs, condenadxs de por vida a la diálisis lucharán por el beneplácito de la donante, mujer enferma Terminal. Ella deberá elegir quién correrá tal fortuna y podrá disfrutar de su órgano, una vez haya perecido. La audiencia podrá votar y argumentar a través de mensajes SMS a quién quieren que se lo otorgue.

Con todo esto nos ha quedado claro a los que en su día pusimos el grito en el cielo con el primer GH, a los que afirmamos entonces que la televisión era una basura prácticamente imposible de empeorar, nuestro grosso error. Hemos escarmentado a estas alturas, basta ya de violaciones de intimidad y obtención de beneficios por medio del mal ajeno, por favor. Basta ya de comercializar con penurias y de promover la enfermedad de la fama a toda costa. Miedo me da el día en que ficción y realidad terminen juntándose para mostrar en pantalla dos grandes letras: BR [1].

Rezaría, si creyera en su utilidad, para no ver en un futuro la encarnizada lucha entre compañeros de clase por sobrevivir al reality de moda. Como no se la encuentro, me escudo en la esperanza de tomarlo como otro cómic más del que la industria ha producido un par de películas.

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[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Battle_royale

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