Acabo de volver de La Luna. Hace pocas horas he aterrizado tras el viaje espacialq ue incié el pasado viernes. A bordo de una bonita nave azul, fabricada por la empresa aeronaútica VW bajo el nombre en clave “transporter”, aterricé en el satélite y por él me he movido con la única propulsión que me brindaban mis piernas. Valles, puertos, cráteres, cañones, mares...
Atrás quedó el planeta plagado de edificios, cubierto de asfalto, presa de la contaminación (lumínica, acústica, industrial...). Atrás quedaron los quehaceres y los privilegios. Un vasto terreno inexplorado a mis pies.
Aquí he podido encontrarme con mis musas ya casi olvidadas y recuperar con ellas el tiempo perdido. He dejado a un lado mis vicios, algunos parcialmente, otros por completo, y he adquirido nuevos. He aclarado, en proporción minúscula, pequeños comecocos que me enturbiaban.
¿Dónde se encuentra mi Luna particular? Entre Candanchú y Formigal, según los esquiadores. En el terreno que separa el Somport de el Portalet, a ojos de un cicloturista. Cerca del lugar donde se celebra el festival “Pirineos Sur” [1], si quiere hallarla un bohemio. Un montañero diría que lo correcto es hablar del Anayet, de la placa de Ip y demás cimas. Sallent de Gállego, Huesca, Aragón, España, Europa, La Tierra, pensará el pobre carente de imaginación e ilusiones antes de decir:
- ¡Éso no es la La Luna!
- ¿Cómo sabes tú dónde rodaron las imágenes que te han enseñado?
PD: No sufro de locura, la disfruto a cada instante.
[1] http://www.pirineos-sur.es
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