2007/11/17

Lloro por dentro

Te crees con derecho para juzgar, para decidir sobre la vida. Para asignar preocupaciones, calificarlas y clasificarlas. Igualas la incertidumbre del día veinte con el color de una simple camiseta. El destino de un viaje con el sueño de poder hacerlo. Juegas con las vidas, a sabiendas de que la tuya está perpetuada. Ignoras los sentimientos, los problemas y las discusiones. No sabes qué es el sufrimiento, te limitas a producirlo y venderlo en pequeñas dosis. Tu existencia no entiende de límites, nunca ha llegado a ellos.


Me da rabia, tengo los puños cargados de odio. Lágrimas de impotencia recorren mis mejillas, como gotas de lluvia unidas en una hoja, huyen de mi rostro. Los ojos rojos, húmedos, nublan el paisaje, distorsionan mi realidad, la muestra más clara que nunca, incierta, indefinida. Sentado en el metro, con la soga al cuello, presión en mi laringe, llantos en el corazón, han huído de mi garganta, para no molestar al resto de viajerxs. El sol resalta sus figuras alrededor, a mí ya no me ilumina.

Hijx de puta, valiente hijx de puta. ¿Quién hostias te crees que eres? ¿¡Eh!?

Dejame decirte una cosa: no quiero morir en vida, ¡no voy a morir en vida! ¿¡Me oyes!?

Todas las noche lloro por dentro, la injusticia me ataca y el desamparo se adueña de mí. Tiemblo de soledad entre las frías sábanas, gritan mis ventrículos. Pero, al cerrar los ojos, mi cabeza me muestra una salida, los sueños me enseñan una alternativa. Recobro fuerzas para desfigurarte la cara a puñetazos, para destrozarte esa sonrisa de suficiencia, de poder, para ver la sangre correr por tu pecho. Mientras la ilusión siga visitándome cada noche, las lágrimas derramadas tendrán una razón de ser.

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