2008/03/24

La abrió el aire


- No, señor. La puerta estaba abierta cuando yo llegué.
- ¡Eso no es posible! Juraría haberla cerrado antes de partir.
- Quizá la abrió el aire.
- Resulta ofensivo que intente desviarse a tan banal detalle. Aunque lo estuviera, me es indiferente, fue usted quien entró.
- Es cierto, sí, pero no motu proprio. Fue requerida mi presencia.
- ¡Cómo se atreve!
- No miento. El desbarajuste reinante en el interior debía ser ordenado con la mayor celeridad posible, y en las labores de amueblamiento me vi obligado a colaborar.
- Podría usted perfectamente haber seguido su camino, haciendo oídos sordos, en lugar de entrar sin pensárselo y burlándose de cualquier consecuencia.
- No le quito la razón. Pero, si yo hubiera seguido mi camino, otro habría sido el que, al contemplar semejante panorama, sus pies pusiera en el hall. Si me acepta un consejo, le diré, aun a riesgo de ser agredido, que de haber guardado un mínimo de cuidado, ninguno de los dos estaríamos discutiendo en estos tensos momentos.
- ¿Sabía que yo la habitaba?
- Sin duda.
- ¿Y no pudo, entonces, limitarse a retirar el polvo? ¿tuvo que pernoctar también?
- No era mi intención en un principio. Pero la noche se me echó encima y ante el conflicto que me suponía retornar a mi morada, opté por quedarme. Imponente era la soledad en aquellas abandonadas habitaciones a altas horas, frías, húmedas y silenciosas. Me pareció que cierto calor sería de provecho.
- A ver, ya me he perdido. ¿Estamos hablando de mi novia o de una casa?
- De tu novia, sin duda.

--------------------------------

"Sus huesos cansados tiemblan al paso de un tren.[...]
Se ausentó el chirrido de la puerta al abrirse. Esquinas vacías, armarios desnudos y un polvo de abandono.[...]
No, señor. La puerta estaba abierta cuando yo llegué. La abrió el aire. Y sólo pasan horas muertas antes de decirnos adiós."

Un polvo de abandono - Librados del Malamen

No hay comentarios: