2007/06/26

Parlamento Joven

Mis días como activista antisistema han topado su fin. Tras largos años de charlas, conferencias, jornadas y mesas redondas. Después de haber luchado en los más crudos frentes callejeros y haber removido cielo y tierra para dar a conocer mi ideal, cuelgo la chaqueta, entierro el hacha de guerra. He caído en el juego, he caído en su juego, he sido derrotado. No he podido ver la trampa y he acudido durante dos días a Madrid para tomar parte en una jornada que, como acto conmemorativo del 30º aniversario de las primeras elecciones democráticas, se ha dado allí.

Acudimos, bajo el nombre en clave de “Parlamento Joven”, poco más de 250 estudiantes de Bachillerato de las diecisiete comunidades autónomas. Allí nos juntamos en diferentes comisiones y subgrupos para tratar más de veinte temas de actualidad. La dinámica, sencilla: debatir por la mañana los asignados y exponer los resultados en el pleno celebrado a la tarde. La práctica: tiempo ajustadísimo para discutir y pocas ganas de dar caña por parte de los asistentes. Resultado: bonito, pero no va a servir ni para rellenar el calendario.

Como el evento en sí no ha gozado de ninguna publicidad relevante en los medios de comunicación y la lectura completa de la trascripción puede dormir a más de unx, creo que lo más sensato será poner aquí las impresiones que me llevé.

- Quiero que el gobierno se estire así más a menudo, se comía bien en el hotel.
- No habría estado de más un consenso en lo referente a la vestimenta.
- Se veía que unxs cuantxs tenían muy bien preparado el papel que debían jugar, lo que, en mi opinión, le resta bastante gracia a la jugada.
- Otrxs, por el contrario, intervinieron en diferentes temas siendo ignorantes absolutamente de nociones básicas sobre ellos.

Y ahora, dejando las chorradas al margen y en vista de que el texto ya ocupa suficiente, las conclusiones reales:

- Aunque se olvidaron de nosotros en unas cuantas ocasiones (a la hora de mencionar deportes tradicionales y lenguas cooficiales), en las conversaciones con el resto en ningún momento me dirigieron un comentario despectivo por el hecho de ir desde Bilbo y haber estudiado en una Ikastola. Es más, obviaron totalmente las acusaciones de “nidos de etarras” y unos cuantos se mostraron muy interesados en la lengua. Iba predispuesto a tener que oír cosas no excesivamente halagadoras y, la verdad, me agradó el rato, mucho.
- Fue crítica unánime por parte de todos los asistentes el insoportable bipartidismo que reina ahora mismo. Tanto el PSOE como el PP recibieron lindas joyas de un importante número de ponentes y oradores, con especial hincapié en que ellxs, lxs que cumplen el papel de cabezas visibles, deben dar ejemplo al resto de la ciudadanía, y que una continua crítica destructiva entre ellos no es el correcto.
- La educación se volvió eje durante buen rato, bajo la reivindicación de un sistema más regular, que no cambie con cada legislación. Recibió críticas también el denominado Plan de Boloña.
- Dura crítica a los políticos y medios de comunicación, acusándolos de perpetuar como noticia temas concretos, léase el conflicto vasco y el estatut catalá, dejando a un lado otros muchos más importante para nosotros en el día a día, como la educación ya mencionada, el acceso a una vivienda digna, los malos tratos…
- Nosotros, en cuarenta minutos escasos, sin conocernos de nada y con ideologías muy posiblemente contrapuestas, conseguimos ponernos de acuerdo para llegar a ciertas conclusiones. Ellos, los políticos, que se ven todos los días y se conocen ya, podrían hacer un pequeño esfuerzo y avanzar, aunque sea un poquito, hacia el consenso.

En resumen, fue un paripé muy bonito que no va a influenciar en absoluto el rumbo que lleva la política, pese a que el presidente del senado nos repitiera que sí, que se tendrá muy en cuenta. Pero, como eso es algo que llevaba asumido, me quedo con lo bien que me alimenté, las pequeñas charlitas que mantuve con los compañeros y el haber despejado la mente durante un par de días.

Si alguien quiere leer las transcripciones completas (en castellano, las versiones originales no las tengo), ya sabe donde encontrarme, creo.

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