2008/11/18

¡Atención! El egoísmo mata ilusiones

Viernes. Anoche me acosté tarde por culpa de tres dichosos programillas que se negaban a compilar. Tengo que ir al médico a las once, debido a las placas de la gargante. Conclusión: me quedo en la cama. No voy a ir a la uni para dar dos horas y volver. Mi madre me acompaña tras pedirme que, al salir, le ayude a llevas una tele de casa a Algorta. Accedo. La espera se retrasa, pero, y para cuando el médico me da permiso para drogarme son ya casi la una. Por la tarde tengo reunión en Bilbo, con el campamento de julio por tema, y si me quedo a comer sé que me va a dar pereza coger el metro más tarde. Por lo tanto, le digo que marcho, bajo condición de efectuar el traslado el sábado por la mañana. Llego a la uni justo cuando prácticamente todo el mundo ha marchado. Así me lo indican los dos que quedan. Llamada a mi padre y, tras una fugaz visita para revisar dos cosas en la oficina, como un bocata en Ledesma. Reviso el correo, leo dos cosillas y a la reunión. De ahí a la tienda, he quedado para ir a tomar algo. Primera llamada de mi madre: no, ama, no voy a ir a cenar. ¿A dormir? Sí, seguro. Hoy no voy a Areeta.

Cenamos algo en un chino. Poco, pues he merendado kebab. Más tarde, discutimos sobre la credibilidad del argumento tratado en la película Hypercube y la teoría de cuerdas, las dimensiones, el tiempo... en el local de cojines rojos, aunque hayan cambiado de color. Total, que nos dan casi las dos. Mañana he prometido ir a Kukutza, al Gaztetxe eguna. Me proponen quedarme a dormir en Bilbo. Como sé que me va a dar pereza madrugar mañana por la mañana, accedo. Así estaré obligado a despertarme. Antes de acostarme, envío un mensaje a casa para avisar.


Sábado. Hay que abrir la tienda, por lo que el toque de diana se adelanta a las nueve. Dos buses para llegar al metro y cuarenta minutos en éste hasta llegar. Son las once, pero no hay nadie. Llamo a mi madre para ver qué ha pasado con la televisión. Me dice que la llevaron ayer por la tarde. Ducha y telefonazo a Sugoi. El concierto de Pantxoa eta Peio no es a las cuatro, sino a la una. En diez minutos cogemos el metro y enfilamos hacia allí. Concierto, visita al Gaztetxe, que no conocíamos entero y nos deja perplejos, comida pasada por agua en la plaza y bertsosaio. Nada más terminar éste, cogemos, otra vez más, el subterráneo que nos dejará en Areeta. Se celebra la final de eskualde clasificable para el campeonato de Bizkaia de bertsolaritza, y canta una amiga. Tengo mis dudas, de hecho habría puesto la mano en el fuego porque iba a quedar segunda. Pero mi desconocimiento me da una alegría y gana. ¡Ya está clasificada! Al salir, recibo la tercera llamada: no ama, no tenía pensado ir a cenar, vamos a ir a tomar algo.

Me pone la tercera falta, me dice, en tono bromista. Después de dejar a una compañera en Areeta y recoger a dos en Bilbo, llegamos al Sitio. Hablamos, jugamos a los dardos, comemos frutos secos... son casi las dos cuando me dejan en casa. Me habría gustado seguir la fiesta, pero las fechas pesan, y la gente se bate en retirada.

Al cruza la puerta, me encuentro a mi hermano:

- ¿Qué horas son éstas? - me dice.

- Es pronto - respondo desde mi globo.

- Ama está enfadada, prepárate para mañana – informa.

No entiendo el porqué, tampoco es tan tarde. Como cualquier sábado más. Voy a la cocina a picar algo, abro la nevera, y encuentro la razón: una botella de cuarenta y tres por la mitad, con otra de coca-cola como compañera, un cuarto de tarta. Es tu cumple, gilipollas, y estaban esperando que vinieras a cenar para celebrarlo. Pero estabas tan ocupado viviendo a tu puta bola, haciendo lo que te da la gana, que ni siquiera se te ha ocurrido. ¿Tanto esfuerzo suponía pasar, aunque fuera un rato, por casa?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este post esta pasau de moda... lo podías haber guardao hasta el mayo siguiente... jajaja!

Unknown dijo...

jajaja anda k no a llovido ni nada desde akel dia jeje no estuvo mal me akuerdo del dia jejeje esta bien k te aya dado x volver a eskribir algo

Opositivo dijo...

Más vale tarde que nunca, dicen. La mitad de los textos en este blog no están publicados a su debido momento :D. Pero bueno, nadie tiene por qué saber cuándo nací.

Nenegoen, tampoco cantes victoria. Este texto lo tenía escrito desde hace unos cuantos meses, a falta de digitalizarlo. Tengo otros cuantos en la recámara y hoy he publicado un par de ellos. Pero no estoy cómodo, no me gusta lo que escribo. Me da que el parón seguirá.

Anónimo dijo...

Publica los que faltan por pasos egoísta.