2008/02/20

Niñatas

No puedo con las niñatas, con esas crías, en su sentido más peyorativo, cuyo único fin parece ser sacar de quicio a quien está a su alrededor. Esos seres, cuyos cuerpos recien han arribado la adolexcencia, pero que disponen todavía de la madurez propia de estudiantes de primeria aún en proceso de iniciación. Personas, así hay que llamarlas, que carecen de cualquier sentido de la educación o del ridículo, por vergonzosas que se muestren ante el mínimo comentario calificado, por ellas, como salido de tono. La más clara expresión de aquella frase que decía: caca, culo, pedo, pis. Redefinida ahora en ese tío bueno, aquel culo andante o lo guapísimo que es fulanito. Las mismas que tan valientes se muestran en grupo a la hora de de presionar a cualquiera que no pertenezca a tan selecta secta, y que ríen con estridentes sonidos e incontrolables aspavientos a la mínima de cambio. Que miden sus acciones sólo por la aparente que gracia que ostentan, que manipulan y engañan, sin pudor alguno. Luego se quejan, lloran cuando la agraciadas desgraciadas resultan ser ellas.


Aunque en femenino me refiera, el género es indiferente; si acaso algún pequeño matiz debería ser variado. Por tanto, he podido yo también ser partícipe de las bochornosas acciones que describo. Muy probablemente lo he sido. No me acuerdo, pero, y no puedo evitar que ahora, viéndolo desde la distancia, la que se me permite, aflore mi poca agresividad y se manifieste en notorias ganas de partirles una silla en la boca. De reventarles esos dientes y ahogar en esmalte las insoportables risitas. Son sólo ganas, por el momento. Rezo, no sé a qué o quién, porque en eso se queden, por el momento.

No hay comentarios: