2008/05/09

No me importa

Hoy, por el contrario, me da exactamente igual lo que pueda parecer, qué puedan decir o pensar, si les gusto, si me odian, si les atraigo o el desprecio es reinante, si mi conversación les es agradable o la definirían como un compendio de guturales sonidos sin lógica ni relación. Me he paseado en patines y con un pareo por minifalda por todo Bilbo, con una bandera a la espalda y gritando al son de un grupo en bicicleta con los más variopintos disfraces. Más tarde he estado cocinando: ajo y coliflor. Me he lavado las manos, pero no he conseguido aislar debidamente el olor. Horas más tarde, ya al filo de la media noche, he bajado sobre mis ocho ruedas hasta el Campo Volantín, desde Irala. Paseando hemos terminado en Iturribide. Y de ahí hemos partido pasadas las dos, camino a Abando.


Los pelos más alborotados que nunca, sudados, como la camiseta y los pantalones, donde, por cierto, he llevado un chicle pegado durante todo el día, del tamaño de un bolsillo, casi. Ojeras por no haber dormido bien en un par de días. Cara apática y ciertamente cortante. Accesorios de los más variopintos, como lo es una inseparable mochila amarilla. Y me la trae bien floja, con perdón por la falta de finura de la expresión, lo que el grupo de pijas denterosas, infantiles, falsas, irrespetuosas y otros tantos adjetivos tan infundados y probablemente acertados, pueda estar pensando en estos momentos. Me da igual porque no tengo ningún interés en ellas. Ni en ellas ni en nadie hoy. Otro día me hubiera fijado, habría estado al tanto en una actitud tan altanera como humana. Incluso habría podido llegar a fantasear en un ataque de imaginación y superávit de egocentrismo. Seguramente habría pasado por casa a pegarme una buena ducha, afeitarme, cambiarme de ropa, echarme colonia, ponerme algún collar. Igual hasta me habría planteado cortarme el pelo, o empezar a hacer algo de deporte, comprarme otro jersey, o cogerle una camisa a mi hermano. Hoy no, hoy no me planteo nada, porque de nada sirve. Voy a volver a casa por donde y como he venido. Contra mayores son la importancia y el interés presentados, peores son la decepción y el malestar de la vuelta. Hoy no tengo por qué frustrarme, ni qué lamentar. Sólo tengo que estar, no tengo que preocuparme ni prestar atención a nada. Y me gusta, me encanta, ahora desearía poder hacerlo continuamente, y que las cosas llegarán por sorpresa, más que por ansiarlas, pues, aunque tras mucho desearlas el obtenerlas resulte gratificante, las muchas esperas perdidas inclinan la balanza hacia el desencanto.

Resulta que casualmente la actitud descrita me ha regalado en esta ocasión una larga y placentera conversación en un portal cualquiera a la vera de la Ría. Cualquier otro sábado seguramente habríamos acabado en algún bar bailando música de incalculable valor cultural, aguantando hasta las tantas para finalmente volver casa con la sensación de no haber hecho absolutamente nada. Hoy, por lo menos, he vuelto satisfecho en gran medida.

4 comentarios:

Unknown dijo...

"Sólo vale la pena esperar lo inesperado"...
Me alegro de haber tropezado hoy con tus letras; me gusta mucho tu modo de expresarte, sincero, directo y real.
Cuentas con un par de ojos atentos a nuevas sensaciones...

Anónimo dijo...

Normalmente si nos importa lo que dice la gente un día nos importa siempre aunque en ocasiones nos envalentonemos y digamos que nos da igual lo que piensen o lo que digan los demás. La cosa no es tan facil....la segurdad en uno mismo no va y viene tan facilmente o se tiene o no se tiene. Y si no se posee hay que trabajarsela. En mi caso cuando pienso que no me importa un pimiento lo que digan de mi o piensen los demás es cuando me tengo el día orgulloso. La lástima es, para que engañarnos, que no suele ser verdad....

Opositivo dijo...

Esta entrada pretende representar lo que se siente ese día orgulloso que mencionas. Aunque no lo calificaría como tal. Simplemente se trata de un día indiferente. Realmente, te da igual. Pasas.

No intentaba con ella argumentar que me igual lo que piense la gente pues, me guste o no, es algo que tenemos muy en cuenta.

Anónimo dijo...

Lo se. Mi comentario era simplemente la reflexión sobre un día de esos que tu calificas indiferente hecha un día de los que yo califico negativos o, lo que es todavía peor, realistas.